Cómo sacarle el jugo a la capital andaluza en un fin de semana
En 1492 se llevó a cabo la histórica reconquista de Granada, el último Estado Musulmán que permanecía en pie dentro la península ibérica ; 526 años después, vine yo para dejarme conquistar por su espíritu andaluz. Pero esta vez no estaba sola: planificamos este viaje en grupo, más bien en trica —terno, terceto, trío—; y, cual Divina Trinidad, recorrimos algunos restos de esa España musulmana del siglo XV.



La Alhambra
Comenzamos la aventura en pleno climax: visitando la Alhambra. Para mí, viajar es como revivir la historia, y durante esa mañana me sentí parte de la corte del Reino Nazarí de Granada. Declarada Patrimonio de la Humanidad, está ubicada en la cima de una colina y es una referencia inconfundible desde cualquier punto de la ciudad.
Realizamos el tour guiado y valió totalmente la pena. De otra manera, hubiera sido imposible comprender en su justa dimensión la importancia de aquel centro que fue Palacio principal del Emirato, alcázar, fortaleza y mezquita.


Si bien existe un debate sobre si ‘Alhambra’ significa o no «colina roja»; y si es el primero o el segundo monumento más visitado de España —después de ‘La Sagrada Familia’ en Barcelona—; bottom mind es que es uno de esos lugares únicos que llenan los ojos y el corazón. Así de sensiblero.

El Mirador
Me llamó la atención ‘El paseo de los tristes‘, que es el camino que desciende de la Alhambra al Albaicín. Se empezó a construir en el siglo XVII, a raiz de la explosión de un taller de pólvora, y se supone que el nombre lo recibe ya que era la ruta de los cortejos fúnebres hacia el cementerio
A mí no me pareció muy triste que digamos. El recorrido está lleno de bares, tiendas de souvenirs y hasta manifestaciones políticas. Así que, por el contrario, es un paseo lleno de vida.

Tras unos veinte minutos caminando, llegamos al Barrio del Albaicín, uno de los núcleos donde comenzó a gestarse la Granada musulmana. ‘Albaicín’es un término árabe que hace referencia a la altura en la que se encuentra, que es sobre una colina adyacente a la de la Alhambra. Efectivamente, el punto culminante del barrio es el mirador de San Nicolás, desde donde se ve la ciudad en todo su esplendor.

El centro
Como es lógico, dimos un paseo por el centro de la ciudad, donde están la Catedral, el mercado árabe y la calle Navas. Esta última, es una especie de boulevar con muy buen ambiente y amplísimas opciones para comer o tomar unas cervezas. Pero para mí, lo más destacado del centro —sin duda— fueron la Madraza y la Capilla Real.
La Madraza fue la escuela de la élite musualmana. Allí, todavía quedan restos de la sala de oración que fue construida por la misma persona que construyó la Alhambra. Es alucinante la reminiscencia, con ese estilo hispanoárabe inconfundible. Tuvimos suerte, pues nuestra visita coincidió con un tour gratuito que estaba a punto de comenzar, así que no nos perdimos detalle.

Como dato: el arte hispanoárabe es comúnmente conocido como arte mudéjar. Aunque si me lo preguntan, es mucho más fácil recordar el primer término que el segundo.
Justo al frente de la Madraza, está ‘La Capilla Real‘. Aquí también optamos por la visita completa —que incluye guía grabada—, lo que nos permitió transitar y descubrir cada detalle. Cuando llegué al sepulcro de los Reyes Católicos, no pude evitar sentirme profundamente conmovida. Isabel y Fernando son dos figuras que acompañan mi imaginario histórico desde la niñez; y, el estar tan cerca de sus tumbas, saber que fueron enterrados allí, me provocó esa sensación indescriptible que me recuerda por qué amo tanto viajar.
Los alrededores
Tuvimos la suerte de poder conocer algunos pueblos de los alrededores. Cris nos recibió en su casa, en Purullena, sitio que destaca por la singularidad de sus casas-cuevas. De hecho, dormimos en una cueva, así que tuvimos dosis doble de flipaje. (Por cierto, Cris tiene un blog de viajes buenísimo. )
Por otro lado, Guadix fue oligarquía durante el reino nazarí, y tiene una iglesia preciosa. Aquí disfrutamos del coro dominical y comimos un suculento desayuno.


Y el Flamenco
No podía, ni quería, irme de Granada sin ver un buen espectáculo. Nosotras reservamos en ‘Corral de la Moreira‘ donde —casualmente ese fin de semana— se presentó una compañía de flamenco itinerante que verdaderamente la rompe. De hecho, Hugo López —ganador de Mejor Bailarín 2018— era miembro del equipo. ¡Brutal!
