El Banco de Alimentos de Madrid

Por un lado, en España cada habitante desperdicia una media de 178 kg de alimento cada año.
Por otro lado, sólo en la Comunidad de Madrid, alrededor de 300.000 personas viven en el umbral de la pobreza, atravesando serias dificultades para llevar una dieta equilibrada.

En esta ecuación…

¿Cómo entra el Banco de Alimentos?

Para responder esta pregunta, Fernando Santos —Subdirector General—, nos recibió en el almacén principal de la fundación, en San Fernando.

Fernando Santos, Subdirector del Banco de Alimentos

Fernando explicó que el Banco de Alimentos de Madrid es una Fundación que forma parte de la  Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL). El fin de la Fundación es conseguir alimentos para distribuirlos a alrededor de 500 entidades benéficas dedicadas a la asistencia y cuidado de personas necesitadas.

Mediante sus cuatro almacenes —en San Fernando, Alcalá, Alcorcón y Mercamadrid— redistribuyen alrededor de 10 kilos de alimento por cada beneficiario. Gran parte de estos alimentos no son comprados —salvo excepciones, como en el caso de nutrición infantil— sino que provienen de excedentes de la industria alimentaria y de las donaciones que realizan los hogares.

Misión Banco de Alimentos Madrid

Las donaciones

Fernando señala que son 477 las empresas que los colaboran con alimentos: donando sus excedentes, fecha de caducidad próxima, o aquello que está a punto de ser retirado del mercado. De esta manera, el Banco de Alimentos juega un rol importante en la prevención del desperdicio y la lucha contra el hambre en el mundo.

«En el caso de los excedentes de frutas, verduras y hortalizas, la Unión Europea ha llegado a un acuerdo con las cooperativas de España, para que el porcentaje que no pueden vender sea comprado por el gobierno a un precio especial. Este precio es marcado por el gobierno y pagado por concurso.»—explica Fernando, con sus apuntes en mano.

El Banco de Alimentos de Madrid en números
Fuente: Bamadrid.org

Y en efecto. Las frutas, verduras y hortalizas del almacén se ven en muy buen estado. Mejor incluso de las que se encuentran en cualquier frutería de barrio. Fernando lo sabe, y recalca:

«Por principio, no recibimos ningún alimento que esté caducado o con fecha de consumo preferente, por un tema de dignidad de las personas. Como ven, este alimento es perfectamente comercializable, y como es perecedero, permitimos a las entidades que pasen por él una vez a la semana».

En un planeta que produce más de lo que se necesita, no es de extrañar que los excedentes sean de tal magnitud . Estos productos de categoría comercial  son donados para aliviar el exceso puntual de oferta y limitar el desplome de precios, lo que colabora a mermar el desperdicio potencial, además de paliar el hambre.

Como la norma podría dar lugar a un abuso por parte de los productores,  también se le ha establecido un límite: el precio pagado es 40% del precio de mercado; y, no se consideran excedentes si superan el 30% de la producción total.

«Pero también existen causas externas que pueden afectar enormemente la producción local. Cuando Rusia vetó la entrada de frutas y hortalizas a sus fronteras, provocó muchos excedentes que superaban el 30% establecido. Fue una verdadera crisis.«—recuerda Fernando.

Actualmente, se distribuyen 90.000 kilos de alimento a las distintas entidades benéficas reconocidas en la comunidad de Madrid. Pero todavía falta mucho para alcanzar los objetivos: las donaciones apenas llegan a cubrir el 50% de la población que lo necesita.»En realidad, las empresas no tienen ninguna obligación legal en vender sus excedentes o donarlos al Banco. Es más, pueden salir gravemente perjudicadas si hay algún problema; se les exige demasiada documentación y hay un control muy estricto. Por eso apoyamos iniciativas como la Ley del Buen Samaritano, que en Italia ya ha quitado la responsabilidad al que dona, y por tanto, multiplicado las donaciones.»

Además de las donaciones, el Banco de Alimentos se apoya en campañas puntuales, como ‘Operaciones Kilo‘ o la ‘Gran Recogida’, que apelan a la voluntad personal de los ciudadanos. El 2017 alcanzaron los 2.800.000 de kilos recogidos en Madrid; y, trabajaron 20.000 voluntarios en 100 mil puntos de recepción.

Los datos indican que las personas en España desperdician tanto como colaboran. Toda una paradoja de la naturaleza humana.

Los voluntarios

Respecto a qué es lo que más se necesita, Fernando responde sonriente: «voluntarios«. Sobre todo en épocas de vacaciones de verano. «En el banco colaboran 380 voluntarios jubilados o pre-jubilados. Como la mayoría son abuelos, en vacaciones quedan al cuidado de sus nietos, y  por tanto, el voluntariado baja.»

Voluntarios del Banco de Alimentos en Madrid

Los estatutos de la Fundación exigen que el trabajo se realice exclusivamente de manera voluntaria, por lo que deben estar en campaña constante de reclutamiento.

«Por fortuna, algunas empresas tienen como norma que sus empleados hagan voluntariado, y ceden x horas. Por ejemlo, actualmente tenemos voluntarios de 78 empresas que colaboran en el área de clasificación»—menciona Fernando.

Una ruta por las calles del Banco

Dentro del almacén, todo está perfectamente organizado y etiquetado de una manera tan prolija, que provocaría la envidia de cualquier Biblioteca Nacional. Además, la variedad de productos es tan amplia, que se puede encontrar desde fruta fresca hasta roscones de navidad, bombones y bebidas gaseosas.

Para localizar los sectores, el almacén está organizado en «calles».  Una “calle” equivale a una estantería para el almacenaje de los alimentos, con nombres como ‘Calle Google‘, ‘Calle BMW‘, o ‘Calle BBVA‘; los nombres responden a las empresas —alrededor de 30— que han apadrinado una calle a manera de colaboración con el Banco.

En el almacén, se ve voluntarios en distintas áreas, todos usando los chalecos fosforescentes que son norma de seguridad.  Mientras ellos trabajan, en los extremos del gran almacén se apean los camiones de diferentes instituciones, listos para realizar la carga que proveerá a sus beneficiarios.

Tras concluir el recorrido, Fernando nos despide con el buen ánimo con el cual nos acompañó durante la entrevista. Entrando un poco más en confianza, confiesa que después de la jubilación, el voluntariado les devuelve la sensación de sentirse útiles. Una satisfacción personal que se nota en su semblante.

El Banco de Alimentos en cifras

Banco de alimento-donaciones
Donaciones en toneladas (t):
Empresas del sector 3.178 t
Retiradas excedentes frutas, hortalizas y zumos 6.234 t
FEAD 5.335 t
Mercamadrid 1.644 t
Gran Recogida 2883 t
Operaciones Kilo 928 t
Fesbal 377 t (2%)

TOTAL: 20.579 t