Ya son varias las ocasiones en las que —personas ajenas a la realidad boliviana— me han interpelado por el tema de Evo Morales (quien por cierto, es más popular que Lady Gaga). Y casi siempre debo escuchar el trillado: «…pero la situación en Bolivia ha mejorado con Evo Morales…»
No me voy a poner a discutir si hemos mejorado o no, porque el tema de fondo del 21F va por otro lado.
¿Cómo te explico? Evo es el Presidente, no el Gobierno.
Entonces, por mandato constitucional —que garantiza la alternancia en el poder— le toca dejar de ser presidente un ratingo.
Nadie lo está botando. Incluso el MAS —partido de gobierno— podría seguir gobernando, tranquilamente, si gana las siguientes elecciones.
El 21 de febrero de 2016, mediante referéndum constitucional, nos preguntaron:
«¿Usted está de acuerdo con la reforma del artículo 168 de la Constitución Política del Estado para que la presidenta o presidente y la vicepresidenta o vicepresidente del Estado puedan ser reelectas o reelectos por dos veces de manera continua?».
Nosotros, los bolivianos, acudimos a las urnas y manifestamos nuestra respuesta: NO.
Afición Periodística 