Me apunté a un concurso de clipmetrajes que —en teoría— debía resultar sencillo de concretar. A nivel técnico no implicaba demasiado esfuerzo, pero a nivel conceptual me sacudió las neuronas.
Las primeras —e inevitables— preguntas que surgieron, fueron:
- ¿Formamos parte de un sistema injusto?
- ¿Cómo se distribuyen los alimentos en el mundo?
- ¿Cómo ha cambiado la situación desde la Cumbre Mundial sobre Alimentación, de 1996?
- ¿Quiénes gastan más y consumen más? ¿Quiénes menos? ¿Por qué?
- ¿Cuánta comida se desperdicia diariamente? ¿Al año?
- ¿Cuáles son los índices de sobrepoblación?
Solicité ayuda a la Comunidad de Facebook. Recibí muchos aportes de gran valor, pero me alarmó un detalle: la facilidad con la cual se citan cifras sin haberse confirmado las fuentes. De allí que no sea sorprendente encontrar, a diario, artículos sobre el mismo tema que se contradicen entre sí.
Mi intención es realizar un trabajo lo más cercano a la realidad, con los pocos recursos que dispongo; sin excederme en el tiempo. Y mientras las preguntas no terminan de hilvanarse en mi cerebro, ya surge un dilema mayor: validar fuentes de consulta. Tarea difícil en la era de la post-verdad.
Así, entre el problema principal, la pesquisa de causas y consecuencias, una validación adecuada de datos, la identificación de un método apropiado para abordar esta investigación, y la elaboración del artículo; se vislumbra un largo camino por recorrer… y ni siquiera he llegado a la idea general del clipmetraje.
Comenzó la acción periodística. Intentaré dejar un registro para la posteridad; quién sabe; podría resultar útil.
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